La maquinaria de la industria de la música sigue produciendo 'artistas encadenados'. Ahora que Miley se hace mayor, los Jonas siguen caminos separados, y el Disney Channel es la nueva MTV, el público (pre)adolescente necesita un nuevo ídolo al que seguir y dedicar toda su atención.
El elegido es Justin Bieber, un chaval canadiense de 16 años que de la noche a la mañana ha irrumpido en medio mundo gracias a una canción, 'Baby', y un disco, 'My world', que ya conoce hasta una reedición.
Tan sólo Marc Anthony ha conseguido echar a este muchachito del número uno en ventas en España. Su disco se lanzó hace dos meses y aunque sus canciones no suenan en ninguna radiofórmula, es un ídolo de masas para los más jóvenes.
Sin embargo, no todo lo que reluce en la vida de Justin es de oro.
Mientras que su vida profesional sube como la espuma, su vida familiar se resquebraja a un ritmo proporcional y los tabloides sensacionalistas no hacen más que echar leña al fuego.El último ha sido el 'Star Magazine', que ha desvelado la traumática infancia (no muy lejana) de Justin. Madre adolescente, padre con antecedentes policiales por agresión y un duro litigio por la custodia de Justin desde su nacimiento.
A día de hoy, y según el tabloide 'Showbiz Spy', la pugna aún continúa. En juego está la fortuna del chaval, estimada en varios millones de dólares. Con Justin siendo menor de edad, alguien tendrá que manejarle las finanzas. ¿Papá o mamá?
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